sábado, 29 de diciembre de 2012

juventud de la poesía


imbuidos de pretendidas certezas 
desandamos en el umbral de la noche
el margen derecho del angosto estío
y supimos de la ardiente plenitud de las palabras
y del cálido bálsamo de unos ojos agradecidos

temprano visitamos las luces del alba
y ciegos como un bisonte herido 
arremetimos sin orden ni concierto contra los rascacielos
que pueblan con éxito la literatura de los suburbios

recopilamos no en uno sino en tres magníficos instantes
la nomenclatura habitual de las tardes de feria
y a modo de inventario sedujimos a las jóvenes musas
que acostumbran a tenderse desnudas en cualquier párrafo

tendremos que aprender a pernoctar en hoteles sin estrellas
y a incluir en el orden del día el seguimiento
de los pájaros que anidan en el norte de las axilas
premonitoriamente ocultos de la memoria

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