jueves, 7 de agosto de 2014

in itinere


cuando en la sombra de los portales
se amanceba la esperanza breve de las ilusiones
y un pecho desnudo desvela todos los enigmas

cuando fuera comienza a crecer la maleza
y las hormigas reingresan en la tarde luminosa
levantando las baldosas de los salones

cuando sólo el viento nos escucha y ya no somos
más que el murmullo de las horas que desfilan
hacia los cráteres que la tarde tiende en nuestras sienes

cuando invictos regresamos a la sombra del hogar
y perecemos en la etérea laguna de nuestra inocencia
es tal vez porque estamos creciendo

y en el templo dorado donde gobierna el otoño
podemos contemplar a través de los cristales
la chimenea donde arden nuestros corazones