miércoles, 22 de abril de 2020

hay un sol


hay un sol yo sé
que no es de fuego
que es de sangre recién nacida
de corazones ansiosos
que entrechocan y arañan
este silencio
que nos aprieta

llegará un día
que ese sol nos habite
nos llene de improviso y nos crezca
por dentro y seremos
como el árbol más alto
como el más claro cielo

lunes, 20 de abril de 2020

Un día de Alaíde Foppa (1914-1980)


Alaíde Foppa fue una poetisa, escritora, activista feminista, crítica de arte, profesora y traductora​ de ascendencia guatemalteca por parte de madre y argentina por la vía paterna, nacida en Barcelona en 1914. Vivió como exiliada en México donde escribió gran parte de su obra poética.​ En 1976 fue cofundadora de la revista feminista Fem con importante repercusión en América Latina. Desapareció en Guatemala en 1980.

Un día

Este cielo nublado
de tempestad oculta
y lluvia presentida
me pesa;
este aire denso y quieto,
que ni siquiera mueve
la hoja leve
del jazmín florecido,
me ahoga;
esta espera
de algo que no llega
me cansa.
Quisiera estar lejos,
donde nadie
me conociera:
nueva
como la yerba fresca,
ligera,
sin el peso
de los días muertos
y libre
ir por caminos ignorados
hacia un cielo abierto.

jueves, 16 de abril de 2020

Greta Garbo (1905-1990)


GRETA I DE SUECIA

A Rosa Mª Rodríguez Magda
Se llamaba -yo creo que se ha muerto
y lo que a veces surge es su cadáver-
Greta Garbo o Gustafson, una sombra,
una mujer que siempre regresaba
de mundos golpeados, derruidos,
y se acostaba, leve, en el silencio,
larga, flotante Ofelia de las nieves.
Era la niebla de una isla nórdica
poblada por abetos y abedules.
Una santa Lucía sin corona
de resplandor, sonámbula y felina,
que siempre parecía estar sacando
su mirada del agua. Mujer presa
de la fatalidad y la amenaza,
tenía horror al viento, miedo al día
y se huía a sí misma, distanciándose
como si al verse no se conociera.
Bebía siempre luz glacial. Llevaba
la luz por dentro, en lugar de sangre
y goteaba luz cuando lloraba.
Sin embargo, más que estrella era luna
sola y feliz, en soledad creciendo,
satélite que roba claridades
para vivir en claridad perfecta.

Era además, la extraña criatura
de la lluvia, el ser febril y altivo
tormentoso y feroz de la tragedia,
el gesto femenino despertándose
en un tiempo de bruma y desconcierto,
después de haber dormido sueños hondos
sin más amanecer que la esperanza.
Era el amor, pero otro amor, traía
con carne estremecida y beso fiero
la pasión, no encubierta, de la hembra
que no se deja poseer, posee...
Ignoro si era actriz, pero tenía
de todas las mujeres que se fueron
y anticipó el futuro como suyo.
Ella se reinventó, con la energía
de esgrimir su elección y su derecho
a esa absoluta soledad, tremenda,
de los seres nacidos islas libres
y se fue, se perdió bajo la lluvia
de donde nos llegó a través del agua.

(Una anciana sarcástica, pasea
soledades vestidas con su nombre.
No nos recuerda ya. Ni se recuerda.)

María Beneyto (1925-2011)

lunes, 13 de abril de 2020

cuarentena



un solitario auto avanza
por la calle desierta
la tenue lluvia
tintinea en los cristales
y un silencio incómodo
sacude el alma

abril se derrama
en los balcones
mientras sufrimos
este abrupto
zarpazo de realidad
que hace que la muerte
asome su feo rostro
en las residencias
de nuestros mayores
y en los hospitales
donde ángeles valientes
despliegan sus alas
y combaten sin armas
y sin miedo

aquí dentro
las horas se desploman
sobre el sofá
y florece la impotencia
entre los geranios
mientras
entre nubes negras
el sol lucha
por abrirse paso

somos tan solo
el tiempo que nos queda