lunes, 31 de marzo de 2014

Centenario del nacimiento de Octavio Paz


¿la vida, cuándo fue de veras nuestra?,
¿cuándo somos de veras lo que somos?,
bien mirado no somos, nunca somos
a solas sino vértigo y vacío,
muecas en el espejo, horror y vómito,
nunca la vida es nuestra, es de los otros,
la vida no es de nadie, todos somos
la vida —pan de sol para los otros,
los otros todos que nosotros somos—,
soy otro cuando soy, los actos míos
son más míos si son también de todos,
para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros,
la vida es otra, siempre allá, más lejos,
fuera de ti, de mí, siempre horizonte,
vida que nos desvive y enajena,
que nos inventa un rostro y lo desgasta,
hambre de ser, oh muerte, pan de todos

(fragmento de Piedra de sol)

Octavio Paz Lozano fue poeta, narrador, ensayista, traductor, editor y gran impulsor de las letras mexicanas. Nació el 31 de marzo de 1914 en Mixcoac, durante la revolución mexicana. Su padre, Octavio Paz Solórzano (1883-1936) trabajó como escribano y abogado para Emiliano Zapata.
Junto con Pablo Neruda y César Vallejo, conforma la tríada de grandes poetas que, tras el declive del modernismo, lideraron la renovación de la lírica hispanoamericana del siglo XX. El premio Nobel de Literatura de 1990, el primero concedido a un autor mexicano, supuso asimismo el reconocimiento de su inmensa e influyente talla intelectual, que quedó reflejada en una brillante producción ensayística.
Nieto de escritor (Ireneo Paz), los intereses literarios de Octavio Paz se manifestaron de manera muy precoz, y publicó sus primeros trabajos en diversas revistas literarias. Estudió en las facultades de Leyes y Filosofía y Letras de la Universidad Nacional.
En 1936 Octavio Paz se trasladó a España para combatir en el bando republicano en la guerra civil, y participó en la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Al regresar a México fue uno de los fundadores de la revista literaria Taller. Amplió sus estudios en Estados Unidos en 1944-1945, y concluida la Segunda Guerra Mundial, recibió una beca de la fundación Guggenheim, para, más tarde, ingresar en el Servicio Exterior mexicano, como embajador.
Durante la década de 1950 publica cuatro libros fundamentales: El laberinto de la soledad (1950), retrato personal en el espejo de la sociedad mexicana; El arco y la lira (1956), su esfuerzo más riguroso por elaborar una poética; Aguila o sol?, libro de prosa de influencia surrealista, y Libertad bajo palabra. Este último incluye el primero de sus poemas largos, Piedra de sol, una de las grandes construcciones de la modernidad hispanoamericana.
En 1955 fundó el grupo poético Poesía en Voz Alta, y posteriormente inició una colaboración en la Revista Mexicana de Literatura y en El Corno Emplumado. En las publicaciones de esta época defendió las posiciones experimentales del arte contemporáneo.
Cerró su actividad diplomática en 1968, cuando renunció como protesta contra la política del gobierno mexicano por la matanza de Tlatelolco. Durante sus años de servicio Octavio Paz residió en París, donde trabó amistad con André Breton, pero también viajó por diversos países europeos y asiáticos (en 1962 fue nombrado embajador de México en la India).
En 1971 funda en México la revista Plural. Publica El mono gramático, poema en prosa en el que se funden reflexiones filosóficas, poéticas y amorosas, y en 1974 Los hijos del limo, recapitulación de la poesía moderna. En 1975 publica Pasado en claro, otro de sus grandes poemas largos, recogido al año siguiente en Vuelta, que obtiene el Premio de la Crítica en España. En 1977 deja Plural e inicia la revista Vuelta. Durante la década de los ochenta publica El ogro filantrópico, que recoge sus reflexiones políticas; Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe y en 1988 Árbol adentro, último volumen de poesía. En 1990 publica La otra voz. Poesía de fin de siglo; en 1993, La llama doble. Amor y erotismo, y en 1995 Vislumbres de la India. Si su obra poética viaja del vacío del yo a la plenitud del mundo y el amor, sus ensayos son un mosaico de reflexiones puntuales sobre los aspectos más diversos de nuestra época.
Murió el 19 de abril de 1998 en Ciudad de México. Octavio Paz se mantuvo siempre en el centro de la discusión artística, política y social de México. Su poesía se adentró en los terrenos del erotismo, la experimentación formal y la reflexión sobre el destino del hombre.

martes, 25 de marzo de 2014

circunferencia


se atusa el bigote como ilustre barquero en la isla sin nombre
y en la misma ladera donde publio cornelio escipión emiliano
sacó brillo a su espada y a sus perros de caza
descubrimos con sorpresa 
un arsenal de peces esmeralda
paciendo en la charca lasciva del abecedario

cuántos nombres sin fecha
cuánto amor en lata
cuánta estricta belleza escondida en el sahumerio de la desesperanza

hemos venido hasta aquí para irradiar nuestro gozo
para ensanchar la generalidad de la circunferencia
hemos llegado hasta aquí con los pies inmersos en la ignorancia
con la absurda creencia en la resurrección de los números infinitesimales
cuando afuera no dejan de humear los rescoldos
y la estólida presencia de las cámaras analógicas
hacen posible un reencuentro

hemos bregado a menudo en las aguas
procelosas de indistintos salvamentos
y hemos prendido en nuestros ojales
la flor seca del último advenimiento

hoy regresan descalzas y enlazadas a las salas de prensa
las magnitudes aéreas del mascarón ensimismado
y en los titulares amañados del secuaz pregonero
se delatan las manchas de sebo de sus genuflexiones

jueves, 6 de marzo de 2014

Leopoldo Mª Panero (1948-2014)

Más allá de donde
aún se esconde la vida, queda
un reino, queda cultivar
como un rey su agonía,
hacer florecer como un reino
la sucia flor de la agonía:
yo que todo lo prostituí, aún puedo
prostituir mi muerte y hacer
de mi cadáver el ultimo poema”

Leopoldo María Panero Blanc fue un poeta de referencia valorado por varias generaciones. Formó parte de una familia volcada en la literatura. Nació en Madrid en 1948, hijo del poeta Leopoldo Panero y la escritora y actriz Felicidad Blanc, hermano del también poeta Juan Luis Panero y de Michi Panero, ambos fallecidos, y sobrino del poeta Juan Panero.
Leopoldo Mª ha sido el más genuino de los poetas que fueron agrupados en aquella mítica antología de los “novísimos” (1970) y representa el único tabú de su generación y la más auténtica e irreductible marginalidad de la poesía española. Considerado como el escritor de los excesos, su figura ha sido reivindicada por músicos como Enrique Bunbury y Nacho Vegas.
Su militancia antifranquista le valió su primera estancia en prisión y fue detenido en diferentes ocasiones. Estudió Filosofía y Letras, que abandonó en segundo curso, en protesta contra el “conocimiento formal”. De aquellos años jóvenes datan también sus primeras experiencias con las drogas: desde el alcohol hasta la heroína. En los años 70 fue ingresado por primera vez en un psiquiátrico. Las repetidas reclusiones no le impidieron desarrollar una copiosa producción no sólo como poeta, sino también como traductor, ensayista y narrador. Tras un año en París, regresa a España en 1979. A finales de la década de los 80, cuando por fin su obra alcanzó el aplauso de la crítica entendida, ingresó durante diez años en el psiquiátrico de Mondragón. Después, se estableció en la Unidad Psiquiátrica de Las Palmas de Gran Canaria hasta su fallecimiento en el día de ayer. De una u otra manera, todas sus páginas, hasta sus traducciones, son autobiográficas. Las claves de su obra son la autocontemplación y la autodestrucción.
La biografía de este poeta y su entorno familiar siempre ha desatado interés en el ámbito cultural, como muestra la película de Jaime Chávarri, El desencanto (1976), un documental que refleja cómo era su familia en plena desintegración del franquismo, acomodada e intelectual, pero también desmembrada, autoritaria y en la que la figura de su padre pesaba aun con su ausencia. “En la infancia vivimos y, después, sobrevivimos”, proclamaba Panero en aquella película. De ese “después” da cuenta su poesía.