viernes, 30 de octubre de 2015

pre-poética



estoy en esa
disposición
que tanto
nos gusta 
a los poetas
cuando todo
nos llama
la atención
y vemos
con ojos
ultravioletas
todo cuanto 
nos rodea
como si
tuviésemos
una llave
para encender
el mundo
y una sola 
y original 
palabra 
para nombrarlo

martes, 20 de octubre de 2015

resurrección

cuando conversas con los ángeles del cementerio
con las luces apagadas de las grandes avenidas
y escuchas en cada círculo un silencio
y en cada silencio el latido de tu corazón

cuando caminas sin mirar a los lados
y no reconoces los rostros que te atisban
entre las sombras y dejas de creer
en la inocencia de los esquimales

cuando asumes como cierto el mandato
de unos brazos que aminoran tu paso
cuando crees estar en posesión de la verdad
y una palabra viene a cercenar tu firmeza

cuando buscas entre la maleza el hilo tenue
que sirva para enmendar tus errores
y descubres a un hombre con barba
que sueña con pájaros y bicicletas

cuando no tienes nada que ofrecer
más que unos versos rotos y una antorcha
con la que incendiar la noche
y tu alma es un cántaro de barro

es necesario olvidarlo todo y volver a nacer

como un lirio entre las sombras del bosque

martes, 6 de octubre de 2015

pronunciamiento

renuncio a la sombra de tus labios
sobre mi piel descarnada y triste
renuncio a tus besos de exterminio
y a la limosna de tu sexo envanecido

renuncio a la diáspora de mis huesos
y a la frialdad de tus cinco sentidos
renuncio hasta que aprendas
a amarme desde la distancia
sobre los sucios cables del telégrafo
en el pegajoso sonido de las locomotoras
en el incendio de los verdes maizales
o en la sabia escritura de los ríos
sobre las piedras milenarias que hablan de nosotros

renuncio hasta que aprendas a ser 

como un jardín donde crece la hierba y reposa el viento
una bahía donde el mar tempestuoso
halla su dulce sueño de espuma y de abandono
hasta que sepas que el amor es un fuego siempre renacido
no necesito tanto aspaviento
ni tanta agridulce espera porque no me compensa
tu amor de a ratos ni la inconsistencia
de tus parpadeantes mensajes
melifluos como todo lo que no regresa

renuncio a tu palabra pues intuyo
que la salvación está en el silencio cómplice
y que el ruido incierto no procura paz
sino abatimiento en la terquedad
y en la longitud de las tardes sin nombre