miércoles, 5 de diciembre de 2012

campo de batalla



no vale ningún tipo de excusas hemos
de derrotar al invierno en sus cuarteles
utilizando si es menester para ello
un lenguaje certero que desnude sus mentiras

sueña la víspera con vestir de verde su armadura
y sueña el poeta su disfraz de hombre de letras
mientras los jornaleros acuden veloces
a la llamada que anticipa el exterminio

qué inútil y qué despacio se desnuda la amapola
cuando la reserva aérea abre un frente nocturno
germina junto al árbol de fuego la hazaña de las horas
y deja caer uno a uno sus pétalos de acero

hoy despierto y me asomo a un desierto sin nombre
cuando ya los pérfidos retoños de la burguesía
cubren de éter la alfombra teñida de antiguas sombras
y un ángel sin alas extiende su espada

no queda más que una copa fría
en manos del dios de las tormentas

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