ya está aquí poeta tu
minuto de gloria
tu minuto de gloria a la
altura de las pirámides y de los arcángeles
tu requerida presencia en
los bautizos oficiales
y en las sastrerías donde
los inconvenientes
se anudan la corbata como una soga
se anudan la corbata como una soga
haz despacio las maletas y
los signos en el aire
recoge el pergamino con
hilo de seda
y el anzuelo de plata de
tus apellidos sobre la tierra
ya está aquí poeta tu
minuto de gloria
la infancia del sol y de
las musas con falda de terciopelo
cuando los trenes huyen
verticales y las flores amamantan a los lobos
debajo del estadio
municipal de consortes
las musas cubren
exactamente la tercera parte del terreno cultivable
y apenas dejan hueco a que
florezcan los escribientes
que a fuerza de voluntad
perforan
la superficie tallada por los aguaceros
la superficie tallada por los aguaceros
ya está aquí poeta tu
minuto de gloria
tu tiempo tasado de
abandono y aguardiente
la enfermedad que contagias
a los gorriones
tu celoso emolumento por el
que abandonas las novias y los rifles
en las tardes de domingo y
de nieve
ya está aquí poeta
ahondando en los genes de
la memoria
buceando en la prisa espesa
del mercurio
en la hierba fresca de las
praderas del cosmos
pretendiendo ser
acumulándose
anocheciéndose
resucitándose en los
renglones
anunciándose en la fiebre
y la despensa
acomodándose
dando codazos sin razón ni
enmienda
situando las cosas en su
centro justo
cocinándose a fuego lento
desinfectándose la herida
apareciéndose aquí poeta
copulando con las
constelaciones
tu minuto de gloria
cuando sabes que ya
no te alcanza la muerte
no te alcanza la muerte
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