siempre buscamos algo
preciso al pie de la alambrada
una hebilla de bronce un
estuche de nylon
donde amarrar las heridas
de los últimos naufragios
excavamos en la corteza de los árboles
y en la arena de los ríos
en la intensidad descarnada
de los templos monoteístas
en la estoica nave donde
se aparean los escorpiones
en los pupitres y en las
procesiones
en los burdeles y en los
hormigueros
hemos buscado la sal de
nuestros antepasados
en las cunetas que la
historia olvidó en su extraña deriva
en los caserones olvidados
y en las fincas de los terratenientes
en las paredes preñadas de
sangre y de plomo
hemos ido a lo largo del
cauce cotidiano de nuestros desafueros
tejiendo la sábana rota de
nuestra memoria
rellenando los huecos del
hambre de nuestros corazones
hemos sobrevivido a la
indignidad y la mentira
al asesinato impune de las violetas
al asesinato impune de las violetas
y hoy venimos investidos de
arrojo y valentía
a morder la raíz profunda
de nuestros sueños
a restablecer la anchura de
las mujeres y los hombres justos
a fermentar la levadura de
este pan amargo
con reminiscencias de
primavera
durante demasiado tiempo no
nos quedó más remedio
que acostumbrarnos a la
progresión geométrica de los latrocinios
mas ahora siento que el
fervor nos delata
que la justicia avanza
alrededor de cándidos funerales
ahora respiramos la
atmósfera que envuelve de solidaridad
nuestro breve relato hoy
formamos parte
de la estirpe gloriosa de
los gladiadores
para enseñar al mundo que
aún albergamos
un mundo nuevo en nuestros
corazones
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