quizás tengas razón y sólo seamos
esta fértil soledad que nos habita
esta quimera de sentirse vivo
como un ángel lejos del paraíso
tal vez yo me equivoque y no encontremos
nunca el tuétano frágil e inexacto
donde el tenue esqueleto se sostiene:
la ardiente plenitud de la esperanza
vamos dejando pequeños mensajes
versos en el aire por las esquinas
del presente como un cálido mapa
en la geografía de la memoria
todo lo que he ido recuperando
de aquello que fui y quise haber sido
es este árbol que crece solitario
y regala su sombra a quien camina
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