lunes, 19 de enero de 2015

encrucijada


un adarve de luz una esquirla de sueño es todo
cuanto precisamos para no encallar en el arrecife de la desesperación
para cuando ya no quieran contar con nosotros
y siembren de cipreses la juventud de los patios

vamos andando despacio sobre los dólmenes huérfanos
sobre las macedonias y los paralepípedos insurrectos
vamos glosando la historia con un pie en marte y otro en la casa consistorial
esperando la lluvia que agilice los trámites
en posición de firmes sobre la acera como un florero sin asas 
como una alfombra de espino tendida a lo largo de la madrugada
como un viento que se acaba enredando en las jarcias
como una novia que se ofrece en mitad del estadio
vamos caminando hacia la luz vespertina donde nacen
las encrucijadas que nadie como vosotros sabe
proponer a los emperadores y a los sodomitas

hemos llegado hasta aquí como agua de centeno
que desemboca en el aljibe de la indignación
como percas que recorren la sombra de los ríos
las latitudes frías de toda omnipresencia

la noche cierra la magnitud grosera de las cicatrices
y la asignatura del hambre asoma por los arrabales del presente
derriba puentes y erige tempestades
abruma con su ronco sonido 
el tráfago de las aeronaves
y arrastra consigo 
la espuma de las revoluciones

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