ahora
que las cigüeñas
han
abandonado las altas torres
y
la memoria se pierde
en
las calles barridas por el cierzo
ahora
que se ahuecan
las
baldosas y surge el musgo
en
las antaño enjalbegadas
fachadas
de las casas
ahora
vengo
agachada
la cerviz
el
paso lento
vencido
tal vez
por
la costumbre
y
siento que aquí está
la
clave de todos mis secretos
recorro
las despobladas estancias
de
lo que un día fue mi casa
y
contemplo la luz que se cuela
por
entre los tejados rotos
hundidos
por el peso de los años
y
por la certeza de la lluvia
y
me pregunto si no estaré muerto
y
este sea el paisaje invernal
de
mi soledad eterna
1 comentario:
cómo me gusta la voz que retumba con tus versos
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