miércoles, 4 de mayo de 2011

en primera persona


no es fácil despuntar oscuridades
alumbrar los rincones de la historia
íntima y como venida de otra parte

no es fácil asumir tanta injusticia
cometida por la gracia de dios o por el esmero
de esos cofrades miedosos y embusteros

no es fácil nacer de mayúscula derrota
ir remendando la vieja camisa de la memoria
crecer con determinación y por la sombra

no es fácil acostumbrarse
a ser lluvia tenaz en el corazón de una madre
a corroborar en los huesos el precio de otras batallas

no es fácil ocultar para siempre los temores
andar descalzo pisando ortigas
descubrir la enorme singularidad del dolor

no es fácil ser un niño y estar solo
intentar llenar de aire los pulmones
y sentirse viudo por dentro y desnudo por fuera

no es fácil resguardarse en la intemperie
huir del abrazo casi inexorable para después
volver al polvo de los caminos y al sol de los cereales

no es fácil crecer en medio del silencio
en una patria pobre y desangrada
donde las campanas aún tocan a muerto

no es fácil ser feliz pese a todo
sin abdicar de los sueños y amanecer
día tras día sin conocer el olvido

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