sólo a veces levanto
mi voz como una copa ardiente
y me atrevo a poner nombre a mi duelo
a sentir en mis labios la sangre de la herida
sólo a veces ofrezco
mis manos como dos jinetes blancos
como dos ramas estremecidas
en el silencio oscuro de la noche
sólo a veces siento
una flor que estalla en mi pecho
y una paloma vuela hacia lo alto
con sus dos alas de fuego
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