Si he perdido
la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al
agua;
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre,
todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en
silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el
rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta
desgarrármelos,
me queda la palabra.
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