he vencido al tiempo en tu piel
marina y delicuescente he preñado
de luz los portales antiguos
he crecido en tu voz como un pájaro
he aprendido a volar con palabras
y a salvar mi alma peregrina
he sentido el don de los violines
mientras tendía al sol de la mañana
mi corazón desarropado y triste
he visto atardecer en tu rostro
cuando el aire caliente se detiene
sobre tu frente y de ti celoso muere
he tocado con mis manos la derrota
en los últimos vestigios de la noche
y he creído en la luz de otras estrellas
he abierto de par en par la alcoba
de mis sueños y desnudo he despertado
lleno de fiebre y tembloroso de misterio
he jugado con ecuanimidad y sin derroche
con el objetivo improbable de ser yo mismo
y he deshecho al fin las últimas certezas
hoy todo esto me pertenece y soy
la improbable senda que sin saberlo
alguien como tú recorrerá mañana
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