jueves, 21 de enero de 2016

el aire de la mañana



amanezco y los pájaros
con su canto disipan
las telarañas del sueño

vengo de lo profundo de la noche
de un mar de algas
donde la fe se esconde
y el misterio ensalza
nuestros titubeantes pasos
sobre la tierra

una taza de café
humea sobre la mesa
y el día se extiende
delante de mis ojos
como una amante
desnuda que te invita
a descubrir nuevos territorios
en el trópico del deseo

el tiempo mientras tanto
va restando oportunidades
sueños que no llegaron a concretarse
imágenes que alimentan nuestro delirio

el ruido de la calle
penetra por la ventana
todo se confunde
en mi terca voluntad
de permanecer en el aire

he cerrado los ojos
por un instante
y he sentido en la luz
de esta mañana
la tenue oportunidad
de comenzarlo todo
de volver a equivocarnos
como si la vida
no tuviese anhelo
y el tiempo sólo fuese
una copa de vino
en nuestra mano

recojo los hilos rotos
de mi conciencia
para empezar de nuevo
a tejer la esperanza
de este nuevo día

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