acuden desde las plazas de toros
y desde los cementerios
con sus camisas azules
y desprecios de ala ancha
vienen con el brazo en alto
y sus banderas rojigualdas
regresan de la sombra de los tiempos
para entonar sus himnos funerarios
y caminan cenicientos
sin guardar memoria de sus infames actos
con las uñas sucias de sangre seca
como añejos fantasmas que naufragan
entre la muchedumbre que se anuncia
ya en las calles y en las plazas
hemos llegado hasta aquí
combatiendo vuestra amnesia y vuestro odio
hemos venido a quedarnos
a proclamar el día
oficial de los indocumentados
a sostener la vida y sus raíces
a sembrar los balcones de ternura
y a conquistar el presente
sin miedo y sin pistolas
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