quería ser la niña buena
y estudiosa
pero estaba fascinada
con mi sexo
descubrí que mi sexo
tenía un surco que se abría
quise saber qué había dentro.
Todas las noches
frente a un espejito
que le robé a mi madre
me escudriñaba el sexo
me sentía culpable
perversa me sentía
era la sola dueña
de un secreto
me invadía la risa
me invadía el pavor
era la sola dueña
de un misterio
hasta que supe un día
que al fondo de ese surco
esperaba tu semen
brotarían mis hijos
anclarían las olas
de mis sueños.
CLARIBEL ALEGRÍA
Foto: Narcís Virgiliu
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