un
adarve de luz una esquirla de sueño es todo
cuanto
precisamos para no encallar en el arrecife de la desesperación
para
cuando ya no quieran contar con nosotros
y
siembren de cipreses la juventud de los patios
vamos
andando despacio sobre los dólmenes huérfanos
sobre
las macedonias y los paralepípedos insurrectos
vamos
glosando la historia con un pie en marte y otro en la casa
consistorial
esperando
la lluvia que agilice los trámites
en
posición de firmes sobre la acera como un florero sin
asas
como una alfombra de espino tendida a lo largo de la madrugada
como una alfombra de espino tendida a lo largo de la madrugada
como
un viento que se acaba enredando en las jarcias
como
una novia que se ofrece en mitad del estadio
vamos
caminando hacia la luz vespertina donde nacen
las
encrucijadas que nadie como vosotros sabe
proponer
a los emperadores y a los sodomitas
hemos
llegado hasta aquí como agua de centeno
que
desemboca en el aljibe de la indignación
como
percas que recorren la sombra de los ríos
las
latitudes frías de toda omnipresencia
la
noche cierra la magnitud grosera de las cicatrices
y
la asignatura del hambre asoma por los arrabales del presente
derriba
puentes y erige tempestades
abruma
con su ronco sonido
el tráfago de las aeronaves
el tráfago de las aeronaves
y
arrastra consigo
la espuma de las revoluciones
la espuma de las revoluciones
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