He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra…
y va apestando la tierra…
Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan a dónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
preguntan a dónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.
Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 26 de julio de 1875 -
Colliure, 22 de febrero de 1939) fue un poeta español, miembro
tardío de la generación del 98 y uno de sus miembros más
representativos. Hijo del folclorista Antonio Machado y Álvarez y
hermano menor del también poeta Manuel Machado, pasó su infancia en
Sevilla y en 1883 se instaló con su familia en Madrid.
Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en otros
institutos madrileños. En 1899, viajó a París, donde vivía su
hermano Manuel, con quien en lo sucesivo emprendería una carrera
conjunta de autores dramáticos, y trabajó de traductor para la
editorial Garnier. Allí entró en contacto con Oscar Wilde, Rubén
Darío y Pío Baroja, además de asistir a las clases del filósofo
Henri Bergson, que le impresionaron profundamente. De vuelta a Madrid
entabló amistad con Juan Ramón Jiménez y publicó Soledades
(1903).
En 1907 obtuvo la cátedra de francés
en el instituto de Soria, ciudad en la que dos años después
contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo. En 1910 le fue concedida
una pensión para estudiar filología en París durante un año.
Leonor cayó enferma de tuberculosis y murió en 1912, lo que sumió
a Machado en una gran depresión y éste solicitó su traslado a
Baeza, donde viviría con su madre dedicado a la enseñanza y al
estudio, hasta 1919. Allí conocería a Federico García Lorca, con
el que entabló gran amistad.
En 1919 se trasladó a Segovia, donde encontraría un ambiente
cultural más acorde con sus gustos, y comenzó a participar en las
actividades de la reciente Universidad Popular, que tenía como
objetivo la extensión de la cultura a los sectores sociales
tradicionalmente más apartados de ella. Allí permaneció hasta
1932, año en que obtuvo la cátedra de Francés del Instituto
Calderón de la Barca de Madrid y en 1935 la del Cervantes.
Al comenzar la Guerra Civil se
encontraba en Madrid, desde donde se trasladó con su madre y otros
familiares al pueblo valenciano de Rocafort, uniéndose al movimiento
Alianza de Escritores Antifascistas y participando
activamente en el II Congreso Internacional celebrado en Valencia. y
luego a Barcelona.
A finales de enero de 1939, y ante la
inminente ocupación de la ciudad, salió de Barcelona viajando en
una ambulancia que les fue proporcionada por José Puche, director
general de Sanidad. En la tarde del día 28 llegó finalmente a
Colliure (Francia), en donde murió el día 22 de febrero en el Hotel
Bougnol-Quintana. A los tres días, falleció su madre, Ana Ruiz
Hernández.
Como tantas otras familias, la guerra
desmembró a los Machado:
su hermano Manuel
permaneció en España, Francisco,
subdirector de la
prisión provincial de Toledo entre 1918 y 1929,
también pasó a Francia y luego regresó a Madrid, y
Joaquín
y José murieron
exiliados en Chile.
Su vasta obra poética se caracteriza por la sencillez y precisión en el lenguaje. Cantó a la tierra, al mar, a los olivos y, en diversos tonos, a la gloria del amor. En su poesía se refleja la visión dolida de su patria y la recreación de la belleza que encierran las pequeñas cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario