cruda como la espiga
y como la carne tierna
de tus pechos menudos
muerde como un tigre en la retina
y agranda la herida por donde fluye
la esencia vegetal de nuestros sueños
escucha como sopla en la maleza
como prende y se despereza
en las cúpulas sagradas de los árboles
un día vendrá para quedarse
y extender su tenue imperio
entre las aves que pueblan
las primeras luces del alba
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